Brillat-Savarin (1755-1826) es el autor del primer tratado de gastronomía (Fisiología del Gusto, 1825). Nació en Belley, Francia, en una familia de abogados. Estudió Derecho, Química, y Medicina, y ejerció como abogado en su ciudad natal. Aunque también estuvo interesado en la arqueología, astronomía, química y, por supuesto, en la gastronomía.
Su obra más conocida, Fisiología del Gusto, se publicó en 1825, dos meses antes de su muerte.
Su Fisiología alcanzó éxito inmediato y despertó el entusiasmo del mismísimo Balzac. La ambición de Brillat-Savarin fue convertir a la cocina en una verdadera ciencia, apelando a la química, física, medicina y anatomía, lo que hizo el texto algo pedante.
Pero Brillat-Savarin fue también un narrador con numerosas anécdotas, defensor de la gula, y tuvo además un elegante estilo de humor. Aunque no fue propiamente un chef sino más bien un gourmet, el nombre del autor del “Physiologie du goût” ha sido dado a una variedad de preparaciones y a decoraciones famosas que nos han llegado hasta la actualidad, así como a un queso fresco y cremoso creado en 1930 y que se produce en las regiones de Normandía y Borgoña.
Estas son algunas de sus más famosas citas:
- Aquellos que padecen una indigestión o una borrachera no saben lo que es comer ni lo que es beber.
- Convidar es asumir la responsabilidad del bienestar del convidado durante el tiempo que está bajo nuestro techo.
- Dime qué comes y te diré quien eres.
- El descubrimiento de un nuevo plato contribuye más a la felicidad del género humano que el descubrimiento de una nueva estrella.
- En la mesa nadie se aburre durante la primera hora.
- La cualidad indispensable para un buen cocinero es la puntualidad, pero es también la de los invitados.
- Lo que distingue al hombre inteligente de los animales es el modo de comer.
- Los animales se alimentan, el hombre come; sólo el hombre inteligente sabe cómo comer.
- Se aprende a ser cocinero, pero se nace catador.
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