La luna nos buscó desde su almena,
cantó la acequia, palpitó el olvido.
Mi corazón, intrépido y cautivo,
tendió las manos, fiel a tu cadena.
Qué sábanas de yerba y luna llena
envolvieron el acto decisivo.
Qué mediodía sudoroso y vivo
enjalbegó la noche de azucena.
Por las esquinas verdes del encuentro
las caricias, ansiosas, se perdían
como en una espesura, cuerpo adentro.
Dios y sus cosas nos reconocían.
De nuevo giró el mundo, y en su centro
dos bocas, una a otra, se bebían.
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jueves, 14 de julio de 2011
Soneto de la Luna.
lunes, 30 de noviembre de 2009
Es hora ya...
Fito Espinosa
Es hora ya de levantar el vuelo,
corazón, dócil ave migratoria.
Se ha terminado tu presente historia,
y otra escribe sus trazos por el cielo.
corazón, dócil ave migratoria.
Se ha terminado tu presente historia,
y otra escribe sus trazos por el cielo.
No hay tiempo de sentir el desconsuelo;
sigue la vida, urgente y transitoria.
Muda la meta de tu trayectoria,
y rasga del mañana el hondo velo.
sigue la vida, urgente y transitoria.
Muda la meta de tu trayectoria,
y rasga del mañana el hondo velo.
Si el sentimiento, más desobediente,
se niega al natural imperativo,
álzate tú, versátil y valiente.
se niega al natural imperativo,
álzate tú, versátil y valiente.
Tu oficio es cotidiano y decisivo:
mientras alumbre el sol, serás ardiente;
mientras dure la vida, estarás vivo.
mientras alumbre el sol, serás ardiente;
mientras dure la vida, estarás vivo.
Antonio Gala
viernes, 6 de noviembre de 2009
Viene y se va.

Salvador Dalí, 1925.
Viene y se va, caliente de oleaje,
arrastrando su gracia por mi arena.
Viene y se va, dejándome la pena
que, por no venir solo, aquí me traje.
Viene y se va. Para tan breve viaje
talé el jazmín, segué la yerbabuena.
Ya no sé si me salva o me condena:
sé que se va y se lleva mi paisaje.
Sé que se va y me quedo frente al muro
de la lamentación y del olvido,
oscuro el sol y el corazón oscuro.
Viene y se va. Yo nunca lo despido.
Al oído del alma le murmuro:
-”Gracias, bien mío, por haber venido”.-
Antonio Gala
miércoles, 27 de mayo de 2009
Aún eres mío, porque no te tuve...

Playa de El Palo
Aún eres mío, porque no te tuve.
Cuánto tardan, sin ti,
las olas en pasar…
Cuando el amor comienza, hay un momento
en que Dios se sorprende
de haber urdido algo tan hermoso.
Entonces, se inaugura
-entre el fulgor y el júbilo-
el mundo nuevamente,
y pedir lo imposible
no es pedir demasiado.
Fue a la vera del mar, a medianoche.
Supe que estaba Dios,
y que la arena y tú
y el mar y yo y la luna
éramos Dios. Y lo adoré.
Antonio Gala
(de “Testamento Andaluz”)
Aún eres mío, porque no te tuve.
Cuánto tardan, sin ti,
las olas en pasar…
Cuando el amor comienza, hay un momento
en que Dios se sorprende
de haber urdido algo tan hermoso.
Entonces, se inaugura
-entre el fulgor y el júbilo-
el mundo nuevamente,
y pedir lo imposible
no es pedir demasiado.
Fue a la vera del mar, a medianoche.
Supe que estaba Dios,
y que la arena y tú
y el mar y yo y la luna
éramos Dios. Y lo adoré.
Antonio Gala
(de “Testamento Andaluz”)
jueves, 21 de febrero de 2008
"Mar de Carboneras"
Morado, erguido, ávido,
el mar, solo en la noche, nos reclama.
Mi sangre tiene, con tu sangre,
la edad del mar y su latido...
Entramos a su cuerpo
musculado y viril. Y nos abruma,
nos tiñe con sus salivas violetas.
¿Cómo saber en dónde empiezas tú
y en dónde me termino?
Yo tengo cicatrices
de heridas que te hicieron.
Si nos penetra el mar
es porque somos él:
nos confundimos...
Como si fuese la primera vez
o al última vez,
como si fuese la vez única...
Para ciertos recuerdos
hay un álbum de agua.
ANTONIO GALA
Testamento andaluz
domingo, 18 de noviembre de 2007
"La felicidad". Antonio Gala.

¿Esto era la felicidad?
Tener un rastro como el perro tiene su husmo,
saber de repente que todo es aliado,
que la vida me estrecha
entre sus brazos maternales.
Y no temer ya nada,
ni que se desvanezca el indecible abrazo...
Pero, si desaparecieras
tú, ¿te lo llevarías
como te llevas el color de tus ojos,
o la dejarías un poco junto a mí
como dejas tu olor?
Como dejas el aire batido por tus alas,
que tarda en restaurar
su inmovilidad previa
y no consigue nunca restaurarla del todo,
y en eso exactamente el recuerdo consiste:
en no ser ya lo mismo...
No lo sé. No lo sé.
No lo quiero saber... No me pregunto nada.
Es esto la alegría.
miércoles, 17 de octubre de 2007
"No por amor"

No por amor, no por tristeza,
no por la nueva soledad:
porque he olvidado ya tus ojos
hoy tengo ganas de llorar.
Se va la vida deshaciendo
y renaciendo sin cesar:
la ola del mar que nos salpica
no sabemos si viene o va.
La mañana teje su manto
que la noche destejerá.
Al corazón nunca le importa
quién se fue sino quién vendrá.
Tú eres mi vida y yo sabía
que eras mi vida de verdad,
pero te fuiste y estoy vivo
y todo empieza una vez más.
Cuando llegaste estaba escrito
entre tus ojos el final.
Hoy he olvidado ya tus ojos
y tengo ganas de llorar.
Antonio Gala
Baladas y Canciones
miércoles, 30 de mayo de 2007
Quizá el amor. Antonio Gala.
entregar una mano a otras dos manos,
olfatear una dorada nuca
y sentir que otro cuerpo nos responde en silencio.
Quizá el amor sea simplemente eso:
el gesto de acercarse y olvidarse.
Cada uno permanece siendo él mismo,
pero hay dos cuerpos que se funden.
Quizá el amor sea sólo esto:
olvidarse del llanto, dar de beber con gozo
a la boca que nos da, gozosa, su agua;
resignarse a la paz inocente del tigre;
dormirse junto a un cuerpo que se duerme.
martes, 22 de mayo de 2007
Antonio Gala. Poemas de amor.

Sólo aquello que amamos nos distingue
en medio de la noche.
Es amar y tender las manos
lo único que, por tanto, puede hacerse.
Suele ocurrir en mayo o en junio,
cuando el sol va muy alto
y buscamos con ansiedad entre los árboles
sin saber con certeza qué,
y nos inquietamos diciendo "cuánto tarda"
sin habernos citado con nadie.
Sólo aquello que amamos
es capaz de decirnos quiénes somos.
Suele ocurrir en mayo o en junio,
y hay quien se enamora de sólo una palabra
y quien se enamora de unos labios cerrados.
Pero es preciso andar sin preguntar adónde
hasta sentir la voz que llama desde lejos,
y que repite un nombre que ignorábamos,
y ese nombre es el nuestro,
y es a nosotros a quien llama.
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