sábado, 18 de agosto de 2007


(...) En medio de la agitación de aquellos años, en los que cumplí los diez, los once, los doce y los trece, la idea de la comodidad para mí se convirtió en la mezcla de perfumes de Yukako cuando dormíamos en el suelo de su habitación: la cera de abeja del pelo, los minerales del baño, el olor a cedro y geranio de las hierbas que utilizaba para alejar las polillas de la seda, y también aromas más suaves, los inciensos y el té en polvo. Yu-ka-ko significa “Niña de fragancia nocturna”: la mezcla de su perfume era dulce e intensa, como la tierra fresca. (...)

La Casa de Té.
Ellis Avery

1 comentario:

thot dijo...

Me encanta tu blog. Enhorabuena.