martes, 2 de octubre de 2007

¿Por qué Mozart?

La música de Mozart se ha revelado como la más eficaz para lograr cambios positivos en personas de todas las culturas del planeta. No es que la suya sea la única música con propiedades curativas: todos tenemos músicas preferidas capaces de conmovernos y de calmar nuestros males. Pero sí parece que la música de Mozart logra los mejores resultados y las reacciones más duraderas. Los investigadores aportan estos curiosos datos:

- Es una música que invariablemente tranquiliza a sus oyentes, mejora la percepción espacial y les permite expresarse con mayor claridad.

- Es una música que aviva la atención sin excitar, lo que favorece una visión a la vez profunda y ecuánime.

- Todas sus composiciones traslucen una sensación de armonía y grandeza tejida sin esfuerzo, como sucede, por ejemplo, en la gran arquitectura.

- Su música estimula sobre todo el hemisferio cerebral derecho, responsable de la intuición y de la orientación espacial. Nos ayuda a comprender el mundo y nuestro lugar en él.

Aunque quizás el secreto de su grandeza resida en la pureza de sus sonidos. Mozart no teje un deslumbrante tapiz como el genio matemático Bach; tampoco levanta una oleada de emociones como el turbulento Beethoven. Su obra no tiene la desnuda solemnidad del canto gregoriano o tibetano, ni incita a mover el cuerpo como una composición del rock. Su música es, ante todo, transparente, sin artificios. Y quizás ese ingenio, encanto y simplicidad es lo que permite acceder a la sabiduría más profunda.

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