lunes, 26 de noviembre de 2007

Para empezar bien el día.

Desde que Elías era muy pequeño, me gusta recordarle por la mañana que tiene ante él una puerta abierta a una nueva vida. Que cada día que empieza es como una hoja en blanco, una página inmaculada que nos brinda la posibilidad de comenzar de nuevo. Le animo a no lanzarse a la calle lleno de prejuicios sobre la gente que se va a encontrar y sobre sus propias posibilidades y oportunidades en la vida.
Es difícil, lo sé, crear alrededor de uno un universo sereno y evitar repetir los mismos errores que hemos cometido anteriormente, día tras día. Pero estoy convencida de que es posible ser más tranquilo, más equilibrado, más feliz. Yo lo intento cada día.
He pensado que a partir de ahora os iré ofreciendo una serie de reflexiones, unas breves frases para meditar, unas pequeñas estrategias para adoptar cotidianamente que a mí me vienen muy bien. Posiblemente, el mejor momento para recordar estas "filosofías matinales" es el alba, con el silencio y la tranquilidad que suelen acompañarla. Pero hay que aprovechar mientras el día es todavía virgen. Si esperamos a que nos engulla la vorágine de la rutina no podremos ya establecer contacto con nosotros mismos. Recién levantad@ es cuando debes decidir que ese día va a ser, pese a quien pese, un éxito para ti. Prueba y verás como funciona.
Por supuesto, estas reflexiones no son sólo cosa mía. Son "adaptaciones" de varias filosofías, de numerosísimas lecturas de todo tipo, de vivencias personales. Son, por lo tanto, una especie de "néctar" de mis propias experiencias de la vida que quiero compartir con vosotros. Espero que os sirvan.

1ª Filosofía matinal:
Hay una felicidad inmensa en hacer felices a los demás, pese a las propias preocupaciones.

2ª Filosofía matinal:
De la atención que se presta a las pequeñas cosas depende el éxito de una existencia.

3ª Filosofía matinal:
Sonríe sin motivo incluso. Y observa cómo cambia la actitud de los demás para contigo. Nada es más desarmante que una sonrisa.

4ª Filosofía matinal:
La pena compartida es la mitad de dolor, pero la felicidad compartida es doble.

5ª Filosofía matinal:
Los niños son grandes sabios: saben divertirse, se sorprenden continuamente, se concentran en el momento presente, duermen cuando están cansados. Son sencillos y carecen de prejuicios. Tenemos mucho que aprender de ellos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vielen Dank, liebe Ana!