jueves, 11 de diciembre de 2008

CERCA DE MÍ, AL LADO MÍO.


Probablemente se trate de una deformación profesional, ya que gran parte de mi trabajo consiste en corregir errores de todo tipo: gramaticales, léxicos, ortográficos, ...

El caso es que me pone bastante nerviosa lo mal que hablan algunos. Y hablo incluso de personas que aparecen continuamente en medios de comunicación, y sirven por ello de ejemplo a otros muchos, que copian su forma de hablar y, desgraciadamente, también los errores que cometen al hacerlo.

Si lo que queremos es hablar o escribir con la mayor propiedad posible, hay una regla, cuyo fundamento es principalmente estético, que no podemos dejar de conocer. Ciertos adverbios nunca deben ser seguidos de adjetivos posesivos.

Dado que los adjetivos posesivos pueden suceder a los sustantivos (La corbata de Pablo es igual a Su corbata, o La corbata suya), algunos piensan que también pueden suceder a los adverbios, lo cual no es correcto.

Es erróneo decir, por ejemplo, Pablo está detrás mío. En este caso, diremos Pablo está detrás de mí.

Si usáramos la palabra lado, por ejemplo, que es un sustantivo, podríamos decirlo perfectamente: Pablo está al lado mío / Estoy a su lado. Vemos, entonces, que la regla a seguir es muy simple: determinar si se trata de un sustantivo o un adverbio.

Otro adverbio que suele causar confusión es cerca. De acuerdo a la regla, es incorrecto decir Pablo vive cerca mío. Lo correcto sería decir Pablo vive cerca de mí.
Perdonadme la "lección gramatical", pero creo que nuestra lengua (como cualquier otra) es tan valiosa y tan útil, que bien merece un poco de mimo en su uso.

1 comentario:

M.D.Meridio dijo...

Estoy de acuerdo, y creo que este artículo debería servir además para que si alguno de tus seguidores blogueros detecta errores frecuentes de amigos, compañeros o conocidos lo haga saber en los comentarios. A mí particularmente me molesta cuando alguien dice: dijestes, vinistes, etc… Propongo que ahora que se va a cerrar Guantánamo lo utilicemos para encerrar esas vulgaridades del idioma.