jueves, 2 de abril de 2009

Soledad.

Soledad

Nada igual a esta dicha
de sentirme tan sola
en mitad de la tarde
y en mitad del trigal;
bajo el cielo de estío,
y en los brazos del viento,
soy una espiga más.

Nada tengo en el alma.
Ni una pena pequeña,
ni un recuerdo lejano
que me hiciera soñar...
Sólo tengo esta dicha
de estar sola en la tarde
¡con la tarde no más!

Un silencio muy largo
va cayendo en el trigo,
porque ya el sol se aleja
y ya el viento se va;
¡quién me diera por siempre
esta dicha indecible
de ser, sola y serena,
un milagro de paz!

Meira Delmar

2 comentarios:

Lili.- dijo...

BE-LLI-SI-MA!!!!
La figura me transporta, y me recuerda a tantas espigas, sin tiempos, solas, serenas, en paz...
Un beso bahiense Sirena!.

Mermaid Lullaby dijo...

Yo también he vivido exactamente esta escena: una tarde de verano, sentada sola ante un luminoso campo de trigo. Y esa paz, esa serenidad que sólo da la naturaleza. Por eso puse aquí este poema. Fue como un "déjà vu".

Gracias por tus visitas, Lili.
Qué bien que pueda compartir estas cosas tan bonitas...