martes, 25 de agosto de 2009

Pobres o bonsáis.


Obtenemos lo que queremos, o lo que no rechazamos. Aceptamos el hecho de que siempre estaremos rodeados de pobres y de que la pobreza forma parte del destino humano. Precisamente por eso seguimos rodeados de pobres. Si creyésemos firmemente que la pobreza es inaceptable en una sociedad civilizada, habríamos construido las instituciones adecuadas y políticas para crear un mundo sin pobreza.
Queríamos ir a la Luna y entonces fuimos. Conseguimos aquello que nos proponemos. Si no logramos algo es porque no nos lo hemos propuesto. Creamos aquello que deseamos.
Creo con firmeza que podemos crear un mundo sin pobreza si creemos en él colectivamente. En un mundo sin pobreza, el único lugar en el que podríamos verla sería en los museos de la pobreza. Si los niños visitaran los museos de la pobreza, se horrorizarían al ver la miseria e indignidad que algunos seres humanos tuvieron que padecer. Culparían a sus antepasados por haber tolerado esta condición inhumana, que existió tanto tiempo y para tantas personas.
Un ser humano nace plenamente capacitado, no sólo para cuidarse a sí mismo, sino para contribuir a aumentar el bienestar del mundo en su conjunto. Algunos tienen la oportunidad de explorar su potencial hasta cierto punto, pero muchos otros nunca tienen la oportunidad de abrir el maravilloso regalo con el que nacieron. Mueren sin darse a conocer y el mundo queda privado de su creatividad y contribución.
Para mí, los pobres son como bonsáis. Si plantas la mejor semilla de un gran árbol en una maceta, obtienes una réplica del árbol con sólo unos centímetros de alto. No hay nada malo en la semilla que has plantado; la base es insuficiente. Los pobres son bonsáis. No hay nada malo en sus semillas. Simplemente, la sociedad nunca les ofreció una base en la que crecer. Lo único que hace falta para sacar a la gente de su pobreza es crear un ambiente que les sea favorable y potencie sus habilidades. Una vez que los pobres puedan desarrollar su energía y creatividad, la pobreza desaparecerá rápidamente.

Muhammad Yunus (Premio Nobel de la Paz 2006, Fundador del Banco Graneen en Bangladesh)
De “El arte de vivir” (Ed. Kairós)

Muhammad Yunus


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Influencia número uno para mí, Muhammad Yunus. Y sus palabras sobre la pobreza, son aplicables a cualquier otro horror o injusticia de la Tierra. Si existe la maldad, es porque no hay voluntad de erradicarla.

La Voluntad de la bondad, justo lo que le falta a todo el mundo, empezando por quienes gobiernan, que suelen llegar ahí por motivos egoístas y no por voluntad de llevar a la práctica la bondad.

No quiero escribir nada, no quiero trivializar ni añadir más obviedades. Prefiero invertir el tiempo en releerlo varias veces hasta aprendérmelo de memoria y ver la forma de aplicarlo a mi propia forma de pensar y de actuar. Cuánto me gustaría tener la voluntad de este hombre y ser más fuerte. A veces me siento como un gorrión queriendo hacer el papel de Atlas.

Liliana Lucki dijo...

Una gran comparación.

Clara y precisa.

Todos fuimos semillas.....

Te saluda,con admiración

por tu buen blog.

Saluda desde Argentina Liliana.

inma valderas dijo...

He entrado en tu blog con mucha curiosidad ( nunca he oido el canto de una sirena), y resulta que las leyendas van a ser ciertas. Me ha atrapado.
Así que he decidido quedarme y aprender.Enhorabuena por tu precioso blog en todos los sentidos, continente y contenido.

Saludos

Graciela Bello dijo...

Una entrada llena de sabiduría y verdad tan clara.
Esta misma semana un grupo de intelectuales que apoya al gobierno argentino ha declarado públicamente: "A nosotros la pobreza no nos escandaliza". Luego siguió definiendo su idea: es decir, la van a encarar en lo posible, pero NO les escandaliza.
Yo creo que no sólo debería escandalizalos, debería darles vergüenza abrir la boca.

ॐ Palabras Andantes dijo...

Como dice Elio, en este mundo, el "Sistema" no tiene la voluntad, ni las ganas de erradicar la pobreza, ni el hambre.

pero todos somos responsables de lo que está pasando, ya no vivimos entre cuatro paredes, sólo recibiendo información restringida, está en nuestras manos cambiar este mundo, aunque lo que hagamos sea sólo un pequeño grano de arena, lo importante es hacerlo.

Mermaid Lullaby dijo...

Así da gusto: acabo de volver y me encuentro a mis amigos aquí mismo; aparecen sin tener que llamarlos, de una forma casi mágica... Muchas gracias, a todos!

Y por si fuera poco también alguna amiga nueva: Bienvenida, Inma, enorme artista y casi vecina geográficamente hablando. Un placer y un honor verte nadando por estos mares.

A las palabras de Yunus no puedo añadir nada que no suene redundante. Sólo os diré que esa idea de los museos de la pobreza para niños me caló hondo cuando leí el texto por primera vez. Será por mi condición de profesora y madre, o será porque me imagino a mí misma de niña caminando por los pasillos de ese museo, con un nudo en la garganta y deseando crecer para cambiar el mundo. Así era yo y así sigo siendo. Lo que tengo claro es que desde el mínimo poder que me otorga mi trabajo y mi papel de madre, haré siempre lo que esté en mis manos para que el mundo cambie. No pierdo la esperanza.

ॐ Palabras Andantes dijo...

Ana, hablando de las cosas para cambiar, estoy terriblemente indignada con la fiesta de tomatina en algún pueblo de Valencia, es que yo no puedo comprender que mientras hay gente que se muere de hambre, cómo se puede jugar con los alimentos de esa manera, y luego el derroche de agua que eso conlleva mientras otros apenas tienen agua potable.
sin embargo la gente que participa de la "fiesta", dicen que es espectacular, "fiesta" a la que llegan de toda españa y extranjeros.... qué triste, qué poca conciencia del mundo en el que se vive.

ॐ Palabras Andantes dijo...

....creo que me voy a ir a vivir al campamento de Moussa, te vienes ???

http://www.elblogalternativo.com/2009/08/26/tu-tienes-reloj-yo-tengo-tiempo-entrevista-al-tuareg-moussa-ag-assarid/

bienvenida a tu blog, un abrazo

Mermaid Lullaby dijo...

Tienes toda la razón. Lo de la tomatina de Buñol es pura barbarie incomprensible para mí. Y tantas otras fiestas en las que se gastan recursos tan necesarios. Además, te puedes imaginar lo mal que sienta a una cocinera como yo que se desperdicien los tomates. Aunque todavía me sienta peor que existan fiestas como los "bous al carrer" o cualquier otra que tenga que ver con el maltrato animal. Vivimos en un país en el que muchos están por humanizar...

Oye, lo de Moussa me ha encantado. He leído algún libro sobre la cultura tuareg y me parece fascinante, y admiro su respeto por la naturaleza. Cuando quieras y nos lo permitan nuestras obligaciones, nos vamos.