martes, 8 de septiembre de 2009

Dicen que no hablan las plantas...

"Puente en Abramtsevo"
Iliá Yefímovich Repin


Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
De mí murmuran y exclaman:
—Ahí va la loca soñando
Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.

—Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.

Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?



Rosalía de Castro

"En las orillas del Sar"

3 comentarios:

Graciela Bello dijo...

Me ha gustado mucho la poesía.
Claro que las plantas hablan, ven, sienten, reconocen, se alegran y se entristecen.
Mi querida abuela ADORABA las plantas.No se equivocaba al pensar que eran la vida de un casa y que había que cuidarlas.
He heredado el patio de mi abuela, pero los años que hubo en el medio fueron marchitando ese lugar. Lo encontré lúgubre y abandonado.
Pensé en arreglarlo casi como un homenaje: conseguí una fuente con un ángel para el centro que llené de flores y grandes, medianos y pequeños maceteros que dispuse por todo el patio, ahora con un piso damero.También agregué un treillage con una planta trepadora que va subiendo poco a poco.
Cada vez que lo veo desde mi cocina sé que las plantas son felices y mi abuela sonríe desde el cielo.
Un beso!

ॐ Palabras Andantes dijo...

claro que nos hablan, todo en la naturaleza nos habla :)

solamente hay que saber escuchar....

Anónimo dijo...

Graciela y Belky escribieron ya lo que yo habría escrito de no haber escrito ellas lo que yo iba a escribir. Añadiré que las plantas son superiores a las personas, porque cuando hablan nunca se lían. Son muy claras en lo que comunican. Por ejemplo: Tengo sed. Y eso me recuerda que debo regar las macetas del mirador. Gracias por abrirme los oídos.