Primero vi Ágora. Y no sólo quedé fascinada por esa mujer, Hypatia, que es todo lo que yo querría ser. El lúcido y sensibilísimo director, nuestro flamante Alejandro, al que bien podríamos apodar “el Magno”, consiguió que quedara grabada en mi retina a sangre y fuego una sublime visión: En medio de una sangrienta batalla, Amenábar cambia a un plano del espacio. Un fondo lleno de estrellas deja contemplar, al fin, la Tierra y la Luna en medio de la inmensidad. Mientras, se sigue escuchando de fondo la angustia estridente de los seres que allá lejos, lejísimos, siguen destrozándose mutuamente.
Entre ellos, Hypatia, entregada de por vida a un cometido sagrado para ella. Una mujer con toda la fuerza de una mujer LIBRE que sin embargo no deja de preocuparse por sus semejantes, cuya religión es la Filosofía, y cuyo carisma hace que los hombres la sigan, hambrientos de sus enseñanzas.
Así que, una vez más, ayer como hoy, el ser humano es capaz de las mayores glorias y de los actos más deleznables contra sí mismo.
“ÁGORA es, en muchos sentidos, una historia del pasado sobre lo que está pasando ahora, un espejo para que el público mire y observe desde la distancia del tiempo y del espacio, y descubra, sorprendentemente, que el mundo no ha cambiado tanto.”
Alejandro Amenábar
Luego me paro a pensar… ¿a qué me recuerda todo esto? Y al fin caigo:
La Tierra es como un patio de colegio. Cuando observo a nuestros alumnos desde la ventana de la sala de profesores, desde arriba, no puedo evitar pensar cuántos de esos niños y niñas llegaran a algo en la vida. Y si esos, que empujan a sus compañeros más débiles, los que gritan como locos, merecen compartir espacio y tiempo con aquellos que se sientan, pacíficos, a charlar a la sombra de los pinos. Si aquel que tira el papel de su bocadillo al suelo sin el menor miramiento –teniendo además una papelera a un metro de distancia- comprenderá algún día o incluso conseguirá imitar a aquel que recorre el patio entero en busca de una papelera o que incluso va recogiendo en su camino los papeles que otros han arrojado.
¿Pero hay alternativa? ¿Se librará el patio de recreo de nuestro bellísimo planeta de los energúmenos indignos de formar parte de él?
Nos queda la esperanza de las Hypatias hoy existentes, que con seguridad continúan naciendo para dejar su legado, y de los alumnos que quieran –queramos- seguir sus magistrales lecciones.
“Hemos intentado mostrar la realidad humana en contexto con todas las especies de la Tierra, y a la Tierra en el contexto del universo. Mirar a los seres humanos como hormigas, y a la Tierra como una pelotita más que va girando junto a otro montón de estrellas. Y para eso hemos jugado con el cambio de perspectiva”.
Alejandro Amenábar
El lugar donde trabajo, el colegio cuyas aulas, cuyo patio de recreo y a cuyos alumnos intentaré desde hoy mismo observar siempre así, con perspectiva.
Citas extraídas de la página web de Alejandro Amenábar.
4 comentarios:
:)
(Sonriendo de satisfacción).
Me gusta cuando alguien me deja momentáneamente mudo. Es como si las palabras que usas hubieran salido de mi cabeza. No esperaba de Amenábar y de su lugarteniente en el guión, esa perspectiva digna de su admirado Stanley Kubrick o de Carl Sagan.
Y tú también me has sorprendido hoy. Parece que elevamos todos el vuelo al mismo tiempo.
Las palabras de Amenábar sobre las hormigas me recuerdan las palabras finales de "Antz", la película esa de la hormiga independiente a la que puso la voz Woody Allen. Bueno, más que las palabras, la panorámica en sí, con el cuadro abriéndose y descubriendo que la épica historia a la que hemos asistido tuvo lugar en un espacio reducidísimo: Apenas un montículo de tierra, en comparación con la ciudad de Nueva York al fondo. Y eso hace pensar que la ciudad en sí, es exactamente lo mismo, apenas una colección de edificios, cemento y asfalto. Y quienes la habitan, seres insignificantes que se creen algo y que se pasan la vida ignorando concienzudamente su propia condición de nimiedades.
Al menos los astrónomos nos ayudan a relativizar y a entender el contexto real de nuestra situación. Y Amenábar lo ha llevado a la práctica en su oficio. Por lo tanto, bravo por él.
Espero que su próxima película no sea un biopic sobre Paquirri con Gérard Depardieu como Paquirri (o como Avispado) y la Rachel Weisz haciendo de La Pantoja. Me temo que en cualquier momento este muchacho a mí me va a decepcionar mucho, así que no me ilusiono demasiado.
Que sus últimas películas las hayan protagonizado una familia de muertos, un tetrapléjico sin ganas de vivir y una mujer sabia asesinada, (es decir, marginados habituales en la vida y en el cine), me lleva a desear que se compadezca también de los animales y haga algo en la línea pionera de lo que hizo Jean-Jacques Annaud en "El Oso" hace veinte años, por ejemplo. Amenábar es Aries con luna en Escorpio. Bien podría.
Aunque un filme sobre la homosexualidad, siendo él gay, no estaría nada mal. Pienso que hace falta una buena película sobre el SIDA también, que desde "Philadelphia" de Jonathan Demme no ha habido ninguna con tanto calado. O sobre la injusticia económica o la corrupción. La inventiva siempre puede convertir en comercial una historia que aparentemente nadie iría a ver. Todo depende del enfoque y del carisma. Y enfoque y carisma es precisamente lo que más caracteriza a este muchacho tan inteligente. Su fuerza está a la altura de Kubrick y sigue al maestro en muchos de los parámetros esenciales. En principal, no repetirse y ver las cosas con extrema profundidad o amplitud.
No sé. De todas formas no quiero admirarle mucho. Tengo miedo a la decepción. De momento me limito a elogiarle igual que haces tú. Podemos decir que hay en España un cineasta grande de verdad.
La prueba fehaciente de su grandeza es que los políticos más serviles, repulsivos, hipócritas y rastreros se peleaban por estrechar su mano y la de la actriz el día del estreno en Madrid. Qué asco me dio ver las fotos. Bueno, siempre me da mucho asco cuando veo a Gallardón o a Bono. Pero en este caso más. Me pareció... un sacrileggggio.
Claro, cómo no vas a estar de acuerdo. Viviendo en la Luna, tu siempre disfrutas de este tipo de visión con perspectiva. En realidad, eres un experto en este tema.
Pero no sé en qué te he podido sorprender yo. Probablemente mi aparente optimismo te haya llevado a pensar que me siento como la Princesa Rosablanca en el País Mágico de los Unicornios. Pero sé muy bien en qué mundo vivo. Sólo que no me puedo permitir que me afecte demasiado. Así que intento siempre ver la parte buena de las cosas. A veces soy una auténtica Mary Poppins: saco mi paraguas y vuelo. Pero es casi siempre para huir un ratito. "Con un po-co de azúcaaar..."
¿La Princesa Rosablanca en el País Mágico de los Unicornios? Oye, que yo nunca he sugerido que te falte realismo. Tengo bien claro que es por tu conocimiento de las cosas, que eliges aportar precisamente aquello que ayuda a que todo mejore. Tus píldoras son fáciles de tomar, no como las mías, que todo el mundo se atraganta con ellas y acaban con pesadez de estómago.
No, no me malinterpretes. Lo que me sorprendió fue ver a una sirena con escafandra astronáutica. ¿Entiendes? Nunca había visto algo así. Tenemos que buscar sirenas astronautas. Si nadie tiene la patente, registramos el invento.
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