en el nombre de Glauka,
de Nereo,
y de todas las maravillosas criaturas oceánicas
que pueblan los mares del mundo...
y a no olvidar mientras vivas
la paz infinita
y la belleza inefable
de mi inmenso reino.
Amén."
"La Vieja Sirena"
(Cap.11, “La revelación.”)
-Fui sirena- pronuncia temerosa junto a la oreja adorada- ... ¿Me oyes? Fui sirena. No puede callarlo. ¡Es la vida que está viviendo! Imposible no gritarla. Ahram vuelve la cabeza sobre la almohada ¡Qué cerca le quedan esos ojos glaucos, ahora claros y profundos! -Necesito que lo sepas, darte todo lo que soy... Sirena de verdad, en la mar, con mi cola de pez... Luego me hice mujer – concluye con un suspiro. Ya está, es irremediable. ¿Ha hecho bien? Trata de interpretar la expresión de ese rostro, a contraluz. El hombre al principio sólo había recogido en su oído la miel de la voz. Ahora ha captado el sentido y reacciona en tono alerta, incrédulo. -¿Cómo has dicho? Aún podría ella echarlo a broma. Pero ni se le ocurre. -En ti, todo es posible... Tenía que ser así. Ella teme que él lo tome todavía en sentido figurado. Insiste, aporta detalles: el tiburón y las morenas respetándola, su marca a fuego y sus cicatrices desapareciendo, sus aciertos en la mar, sus resistencia bajo el agua... -¿Por qué dejaste de serlo? ¿Te castigaron los dioses? -¡No, se lo pedí a Afrodita y me lo concedió! Conocí a los hombres viéndoles coger coral, supe cómo eran, descubrí que ellos vivían, vivían más que yo, y preferí ser mujer... -Te creo. Sólo siendo inmortal, siendo una diosa, podías darme lo que me has dado. -No es por ser diosa; dejé de serlo –se distancia ella un poco, empeñada en ser comprendida-. Al contrario, te di tanto por ser mujer. Los dioses no viven; sólo existen. Y yo quería vivir, y en ti estoy viva.
(Cap.12, “Vivir en el tiempo.”)
No hay comentarios:
Publicar un comentario