LA VERDAD NO SIEMPRE ESTÁ EN LA PALABRA
Ojalá pudiera expresar y transmitir aquí la importancia del silencio, y tú saber leer el significado de un papel en blanco. El conocimiento de la palabra escrita y hablada y la sabiduría del silencio: el complicado proceso del habla, la recepción del sonido por ambos oídos, la formación del significado de la palabra en la corteza cerebral, la capacidad de recibirla, comprenderla y transmitirla, con la laringe o con la mano, y las teclas que ahora pulso, el valor de saber recibir, comprender y transmitir estas palabras y los silencios… Me viene a la mente el Tao: el que habla no sabe, y el que sabe no habla.
Estamos rodeados de ruido: de radios y televisores, de gente que habla y habla sin escuchar, de tertulianos y políticos maleducados que se mandan callar entre ellos. Para convencer, parece que haya que hablar sin dejar hablar, o gritar más que el otro.
Con tanto cientifismo, pensamientos y saberes, con tantas palabras escritas en numerosos lenguajes para entenderse, para convencer de las propias intenciones y verdades, necesitamos más que nunca poder escuchar y saborear el silencio.
Ante la mentira, la injusticia, la calumnia y la proliferación de la falsa ciencia, me pregunto cada día si es más necesario que nunca alzar la voz, tomar la palabra, gritar nuestra verdad a los cuatro vientos, o si es mejor aprender, saber, actuar, hacer, ser osado, callar y dejar que se oiga y se escuche la altura, la anchura, la profundidad y la sabiduría del silencio.
Pablo Saz, médico naturista. (Cuerpomente nº232)
Fotografías: Mayte Vieta, "Silencio"
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