viernes, 30 de mayo de 2008

Título : "Bolita playera con pirri"
Esta soy yo con un año en la playa de Miramar, Valencia.
Dice mi madre que tenía que estar atenta porque me comía la arena a puñados. Y que mi padre me cogía al brazo y me metía en el mar hasta muy adentro... y yo me volvía loca de contenta. Y que, a pesar del aspecto agitanado de mi madre, yo tenía una apariencia de rubia nórdica. Por ello, algunos incluso dudaban de que mi madre fuera mi verdadera madre. Me cuentan que en mi carita rubia sobresalían dos ojos negros como aceitunas. Y que nunca dí guerra... Comía bien, dormía bien, era feliz.
Pero hoy, lo que más me llama la atención, es mi parecido con Marina. Y no hablo sólo del parecido físico, que es asombroso. Estamos cortadas por el mismito patrón.
Sólo espero que ella no cometa los errores que yo he cometido. Estaré atenta.

martes, 27 de mayo de 2008


"Everything will be okay in the end; if it´s not okay, it´s not the end". (unknown)


"Believe in yourself and all that you are. Know that there is something inside you that is greater than any obstacle." (Christian D. Larson)



domingo, 25 de mayo de 2008

La cuadra. Platero

LA CUADRA
Cuando, al mediodía, voy a ver a Platero, un transparente rayo del sol de las doce enciende un gran lunar de oro en la plata blanda de su lomo. Bajo su barriga, por el oscuro suelo, vagamente verde, que todo lo contagia de esmeralda, el techo viejo llueve claras monedas de fuego.
Diana, que está echada entre las patas de Platero, viene a mí, bailarina, y me pone sus manos en el pecho, anhelando lamerme la boca con su lengua rosa. Subida en lo más alto del pesebre, la cabra me mira curiosa, doblando la fina cabeza de un lado y de otro, con una femenina distinción. Entre tanto, Platero, que, antes de entrar yo, me había ya saludado con un levantado rebuzno, quiere romper su cuerda, duro y alegre al mismo tiempo.
Por el tragaluz, que trae el irisado tesoro del cenit, me voy un momento, rayo de sol arriba, al cielo, desde aquel idilio. Luego, subiéndome a una piedra, miro al campo.
El paisaje verde nada en la lumbrarada florida y soñolienta, y en el azul limpio que encuadra el muro astroso, suena, dejada y dulce, una campana.

viernes, 23 de mayo de 2008

Delikatessen- 3

The Brownies
"The Brownies are the helpful fairies of Scotland and northern England. Small secretive people, with brown skin and brown clothes, they come out at night to do the housework and make themselves useful about house and farm."


Un brownie o marroncillo, también conocido como brownie de chocolate, es un pastel de chocolate pequeño y sabroso. Es llamado así por su color marrón oscuro.
Se cree que los brownies fueron descubiertos por accidente, cuando un cocinero descuidado que intentaba hacer un pastel de chocolate olvidó usar levadura.
Los brownies o marroncillos suelen servirse calientes con helado y a veces con nata montada.

LA RECETA
Ingredientes:
75 gramos de harina, 1 cucharadita pequeña bicarbonato sódico, 1 cucharadita de sal, 150 gramos de azúcar, 75 gramos de mantequilla, 2 cucharadas de agua, 300 gramos de chocolate negro, 1 cucharada de vainilla líquida (marca Vahine, por ejemplo) 2 huevos (tamaño grande) y medio vaso de nueces picadas.
Preparación:
Precalentar el horno a 150º, y engrasar una fuente cuadrada de horno. En un bol pequeño, mezclar la harina, el bicarbonato y la sal. Reservar. En un cazo, derretir la mantequilla con el azúcar y el agua. Cuando llegue a ebullición, retirar del fuego y añadir la mitad del chocolate y la vainilla, y remover hasta que se disuelva. Añadir los huevos, de uno en uno, removiendo constantemente. Añadir la harina poco a poco hasta obtener una masa homogénea. Añadir el chocolate restante (picadito), y volcar en la fuente de horno. Hornear durante 30-35 minutos.
Se pueden adornar con pepitas de chocolate. En ese caso, espolvorear por encima en caliente, para que se adhieran a la superficie.

miércoles, 21 de mayo de 2008

A Viggo theory.


A VIGGO THEORY
(from Breggo.net)

(...) In addition to the 40-odd movies featuring bits of Viggo's work, I found that he is a creator of photographs, paintings, poetry and music. I found that his co-stars invariably speak with admiration and affection of Viggo and his skill, dedication and integrity, that he is a committed parent and has evidently managed to stay clear of the drugs and other scandals so common in Hollywood. I found hundreds of fans, mostly women, publicly proclaiming their adoration for this man, and sharing personal stories of encounters with Viggo in which he showed patience, humor and appreciation for their support, with no traces of condescension. I discovered that he and a partner started Perceval Press not just to publish Viggo's work, but to give a voice to undiscovered talent and to promote books that express their progressive political views. And I caught hints of some sort of "Viggo philosophy" with a focus on creativity, being in the moment, doing what you believe in and not wasting energy worrying about what others are doing or what they think about you're doing.
It was overwhelming. I wanted to know more. I didn't come up for air for hours, or perhaps it was days? I downloaded photographs, listened to sound clips, ordered three movies from Amazon and three books and a CD from Perceval Press. I read interviews and scoured forums looking for conversation on a deeper level from the all-too-common "oooohh he's so hot!!" followed by "I want to have his baby!!" -Yes, people really do write these things-.
When I finally stopped and counted how many hours I'd spent studying the tracks left on the Internet by Viggo's fans, I was a bit unnerved. I have a lot of work that needs doing! I can't afford to spend this kind of time mooning over some movie star, no matter how fascinating he is. And it's not like me to get this way. I appreciate some actors, actresses and musicians more than others, but I don't become obsessed with them. I've racked my brain and the last time I can remember doting on a public figure was John Lennon shortly after the Beatles released their White Album in 1968. I was younger then; surely that was simply a girlish thing.
But when I thought further about why I chose John Lennon to adore back in 1968, I realized there is a common theme between then and now. Because John Lennon was not just a pretty face -- he was intelligent, a dynamic and creative force. He was a man who seemed to treat other people with respect, and who cared enough about the political situation of that time (the Vietnam war) that he spoke out against it. These are all qualities that Viggo seems to share, and furthermore they are exactly the qualities that are so attractive in a person and so often elusive.
Because of course it's not about the pretty face or the trim body. Sure, Viggo is handsome, but so are thousands of other men. Viggo is interesting because he's got integrity and intelligence and a sense of humor but mostly because he passionately pursues what he's interested in. That's what makes him attractive. I think maybe all of us lusting after this Viggo fantasy are really looking for something more real in our lives but we don't know how to find it directly so we get it vicariously by following him.

martes, 20 de mayo de 2008

Otro de Benedetti


Te dejo con tu vida
tu trabajo, tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes, por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
e esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.

-Mario Benedetti

The Lady of the Lake.


THE LADY OF THE LAKE

And there I saw mage Merlin, whose vast wit
and hundred winters are but as the hands
of loyal vassals toiling for their liege.
And near him stood the Lady of the Lake,
who knows a subtler magic than his own -
clothed in white samite, mystic, wonderful.
She gave the King his huge cross-hilted sword,
thereby to drive the heathen out: a mist
of incence curled about her, and her face
wellnigh was hidden in the minster gloom;
But there was heard among the holy hymns
a voice as of the waters, for she dwells
down in a deep; calm, whatsoever storms
may shake the world, and when the surface rolls,
hath power to walk the waters like our Lord.

Alfred, Lord Tennyson (1809-92) from Idylls of the King.

lunes, 19 de mayo de 2008

LA CAMA - Cuento


Ella observaba lentamente su cama desde un rincón del cuarto, agazapada en un pequeño butacón floreado heredado de su madre. Sólo llevaba puesto un ligero camisón y ya comenzaba a temblar de frío, pero seguía resistiéndose a introducirse como cada día a la misma hora en el helado y solitario lecho.
No entendía a sus vecinos, un joven matrimonio que llevaban varias horas gritando e insultándose mutuamente desde que él había llegado esa tarde del trabajo. Ni tampoco a sus propios padres, que ya no sabían hablarse sin reprocharse sus defectos, sus olvidos, sus mentiras o sus medias verdades. Ella deseaba simplemente, y más que cualquier otra cosa del mundo, estar con él. Compartir con él el desayuno, la ducha, los lentos paseos de la mano por el parque solitario, por las calles abarrotadas apretándose contra él para no perderlo… y la cama. Sobre todas las cosas ansiaba compartir con él su cama.

Siempre había pensado que una cama era mucho más que un mueble. Por eso, era uno de los pocos objetos de su casa que no le había sido regalado ni escogido por nadie más que por ella misma.
Observaba desde el rincón cada ángulo de su cama y recordaba el día en que la compró: El dependiente de la tienda de antigüedades no pudo disimular una risita burlona cuando ella, sin ningún reparo, se sentó primero para luego descalzarse y tumbarse. Cerró los ojos intentando imaginar su nueva vida de casada. Mientras imaginaba, acariciaba suavemente los lisos travesaños, elevaba sus manos para alcanzar el cabezal y lo examinaba con la yema de sus dedos, con la palma y el dorso de sus manos. Abrió luego los ojos y comprobó si la longitud de la cama le permitiría a él estirar sus largas piernas completamente, como solía hacer cuando despertaba. Por último, decidió que también estéticamente era la cama adecuada. Ni siquiera pegaba con el resto de los muebles; simplemente le gustaba. Como todos los muebles de anticuario, tenía por sí misma una personalidad propia, una misteriosa historia que nunca desvelaría, pero que la hacía todavía más apetecible. Era el mejor regalo de boda que le podía hacer: un auténtico sueño, un dominio amable de sábanas envolventes y cálidas, un pequeño paraíso aislado del resto del mundo. El lugar perfecto para soñar, para amar. Una cama como Dios manda. Su cama.

Pero un año más tarde, ahí estaba ella, sola. A los pies de aquella cama. La observaba en un silencio triste, casi sin esperanza. La cama que debía estar destinada al calor, las caricias, al placer, al intercambio de sueños, a los abrazos de cada mañana, se había convertido en lo más impensable: en un mueble más, en un frío objeto más en aquella casa.

Los vecinos seguían gritando, se arrojaban objetos que se estrellaban contra el suelo, y con cada grito, con cada golpe, ella sentía un escalofrío. Quizás de tristeza, quizás sólo era el cansancio que siempre le sobrevenía en la madrugada, mientras esperaba y soñaba despierta, y observaba en silencio su cuarto en penumbra, sin luz y sin alma.

Él trabajaba todas las noches hasta las seis de la mañana. Media hora más tarde, se escuchaba una llave rascando la cerradura. El corazón de ella daba un brinco cuando, derrotado, sucio y somnoliento, por fin, él entraba en casa. Media hora de besos nerviosos, de palabras entrecortadas porque los dos tenían tanto que decir, y tan poco tiempo, y tanto amor retenido, y tantas ganas…
Finalmente, descartaban siempre las palabras -para qué hablar- y se quedaban cogidos de las manos, mirando él los ojos ansiosos, ella las manos grasientas, la mirada cansada. Luego, mientras ella se aseaba, él la observaba en silencio, estudiando al detalle cada curva de su cuerpo, cada gesto, e intentando retenerlo todo en su memoria para alimentar así su amor el resto de la jornada. Y ella, nerviosa, sintiendo el calor masculino sobre su cuerpo, no acertaba a recogerse la melena, se ponía mal el colorete, tropezaba con las puertas. Después, un largo abrazo apretado hasta quitar el aliento y corriendo, a la estación, porque a las ocho en punto, ella tenía que fichar en la fábrica.

Y entonces era él quien se quedaba solo, suspirando ante el café que se quedaba siempre frío en las tazas. La cama deshecha, un hilito de luz matinal colándose ya a través de las cortinas aún corridas, y en el aire el olor de ella, su sonrisa triste, su mirada triste, sus manos tristes, sus ganas...
Y ahora era él quien se preguntaba cuándo aquella iba a ser una verdadera cama. La observaba desde lejos imaginándola a ella dormida, abandonada, y acariciaba las sábanas intentando adivinar, por su tibieza, el lugar que su mujer había ocupado aquella noche en la cama destinada a ser testigo de sus sueños. Un testigo fiel, mudo, deseado, que ya sólo era, simplemente, una cama.

Delikatessen - 2


MOZZARELLA A LA ALBAHACA
(para 4 personas)

Pelar dos tomates, retirar las semillas y cortar en cubos pequeños. Cortar así también 5 olivas verdes, 5 negras y 1/4 de pimiento verde y 1/4 de pimiento rojo. Con una tijera, cortar unas hojas de albahaca fresca en forma de tiras finas. Luego, en un bol, mezclar bien los ingredientes anteriores y añadir 1 cucharada de alcaparras. Condimentar con un buen aceite de oliva, sal marina y pimienta negra. Finalmente, cortar cuatro mozzarellas por la mitad, y como si se tratara de panecillos, rellenar con la preparación anterior, cerrar y decorar con un poco más de mezcla.

jueves, 15 de mayo de 2008


NUR WER DIE SEHNSUCHT KENNT
Johann Wolfgang von Goethe

Nur wer die Sehnsucht kennt
weiss, was ich leide!
Allein und abgetrennt
von aller Freude,
seh´ ich ans Firmament
nach jener Seite.
Ach! der mich liebt und kennt
ist in der Weite.
Es schwindelt mir, es brennt
mein Eingeweide.
Nur wer die Sehnsucht kennt
weiss, was ich leide!

martes, 13 de mayo de 2008

La ventana.


LA VENTANA

Dos hombres gravemente enfermos ocupaban la misma habitación de un hospital.
A uno de ellos se le permitía permanecer sentado en su cama durante una hora cada tarde. Su cama estaba situada justo al lado de la única ventana que había en la habitación.El otro hombre debía permanecer todo el tiempo tumbado sobre su espalda.Los dos hombres hablaban durante horas sobre sus esposas, sus familias, sus hogares, sus recuerdos de antiguas vacaciones... Cada tarde, cuando el hombre que dormía junto a la ventana se sentaba, pasaba esa hora de felicidad describiendo a su compañero de habitación todas las maravillas que podía ver a través de la ventana. El otro hombre empezó a esperar con enorme ilusión aquella hora cada tarde, en la que su mundo se hacía más grande y más vivo gracias a la actividad que reinaba en el mundo de allá afuera. A través de la ventana se veía un parque y un precioso lago. Patos y cisnes jugueteaban sobre el agua mientras los niños navegaban en pequeñas barcas. Parejas de enamorados paseaban cogidos del brazo entre flores multicolores, y en el horizonte se adivinaba el perfil de la ciudad. Mientras el hombre situado junto a la ventana describía todo esto con exquisito detalle, el otro cerraba los ojos e imaginaba la preciosa escena que se le describía. Una cálida tarde, el hombre de la ventana describió un desfile que pasaba justo por debajo de ellos.
Aunque el otro no podía oír la banda de música, casi podía verla en su imaginación, ya que su amigo la describía de modo tan preciso. Pasaron los días, las semanas, los meses, ...
Una mañana, cuando la enfermera entró en la habitación, encontró el cuerpo sin vida del hombre junto a la ventana, que había muerto en paz mientras dormía. Apenada, llamó a los responsables del hospital para que se llevaran el cuerpo. Tan pronto como le pareció apropiado, el otro hombre solicitó ser trasladado junto a la ventana. La enfermera, satisfecha por poder cumplir su deseo, efectuó el cambio, y tras asegurarse de que se encontraba cómodo, le dejó solo. Muy despacio, dolorosamente, éste se apoyó sobre un codo para echar, por fin, un primer vistazo al mundo que hasta ahora había visto sólo en su imaginación.
Cuál sería su sorpresa al comprobar que aquella ventana daba a un muro.
Un muro gris, sin ventanas. Ni siquiera un pequeño hueco dejaba adivinar lo que había tras él. El hombre preguntó a la enfermera qué podía haber impulsado a su compañero fallecido a inventar y describir con minucioso detalle aquellas maravillas que aseguraba ver al otro lado.
La enfermera respondió que aquel hombre era ciego, y que, por lo tanto, ni siquiera había sido capaz de ver aquel muro. “Quizás”- dijo – “su única intención fue animarle.”


Traducción de un texto inglés anónimo.

domingo, 11 de mayo de 2008

Arrullo

ARRULLO
Rabindranath Tagore

- El sueño que aletea sobre los párpados del niño:¿Quién me dirá de dónde vino?
-Yo. Me cuentan, me han contado, que el sueño vive en la lejanía, en la aldea azul de las hadas: allí, a la sombra de la floresta que alumbran las luciérnagas con su tierno relámpago diminuto, se inclinan dos flores encantadas, parecidas a los ojos del niño, entre su aroma. Y es de allá de donde viene el sueño a cerrar con su beso los párpados del niño.
-La sonrisa que aletea, como un tenue centelleo, sobre los labios del niño cuando duerme: ¿Quién me dirá en dónde nació?
-Yo. Me cuentan, me contaron, que la mano de la luna nueva, rozó el borde de una nube de otoño y allí, soñada por la mañana húmeda de rocío, una sonrisa nació: la sonrisa que, parecida al brillo de una lámpara bajo el agua, palpita en los labios del niño cuando duerme.
-¿Y esa tibia frescura que en la piel del niño recuerda, a un tiempo, al trigo ya la rosa, antes en dónde se escondía?
- Envolvía en un silencioso y amoroso misterio el corazón de la madre cuando era una doncella con el corazón lleno de sueños y de música: esa frescura que se extiende por el cuerpo del niño como una débil onda tibia.

sábado, 10 de mayo de 2008

Intercambio


“Los viajes son en la juventud una parte de la educación y, en la vejez, una parte de la experiencia.”
Francis Bacon
“Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía.”
José Vasconcelos
“Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de inteligencia.”
Enrique Jardiel Poncela
“Los viajes enseñan la tolerancia.”
Benjamín Disraeli


Cuando el pasado febrero nos visitaron Timo Gerdes y Chelo Reig con sus alumnos del Gesamtschule de Eidelstedt , nuestra visita a Hamburgo nos parecía todavía muy lejana. Pero, como suele ocurrir, “tempus fugit”, y sin darnos cuenta ya estábamos en Manises con nuestras maletas preparadas y nuestros pasaportes en la mano.
El aleteo de mariposas en nuestros estómagos era general: Por una parte, los había que iban a volar por primera vez en avión. Otros pensaban que les iba a resultar imposible entenderse con sus familias de acogida (aunque cada día intentamos eliminarlo, todavía queda en su inconsciente el eterno prejuicio: “El alemán es un idioma imposible. Nunca conseguiré dominarlo”).
A algunas chicas parecía preocuparles más que sus maletas, repletas de regalos y de modelitos, llegaran sanas y salvas a tan lejano destino.
Y luego estábamos Eva y yo. Ambas muy ilusionadas, pero algo sobrecogidas ante la responsabilidad de llevar casi de la mano a diecisiete adolescentes a un país extranjero, y con la natural incertidumbre de quien no sabe lo que el destino puede depararles. A ello se añadía la congoja de tener que dejar a nuestros respectivos retoños en otras manos durante más de una semana (hay que ver, estas madres...).
El viaje, con escala en Palma, transcurrió sin incidentes, exceptuando la intervención de una pasajera que, en el último tramo del vuelo, se quejó del “excesivo revuelo” creado por nuestros chicos. Incluso se permitió el lujo de asegurar que nuestra estancia en Hamburgo iba a ser muy corta si no aprendían a estar calladitos. Este típico caso de intolerancia alemana al ruido, al que nos negamos a dar excesiva importancia, nos sirvió sin embargo para que todos comprendieran que nos acercábamos a un país en el que las reglas de conducta son con frecuencia muy distintas a las españolas. De todo se aprende...
La llegada al aeropuerto de Fuhlsbüttel, en Hamburgo, fue espectacular: gritos, besos, abrazos, y una enorme bandera de Hamburgo con mensajes de bienvenida en español y en alemán. Y a partir de ahí, cada uno, se dirigió a su respectiva casa, con su nueva familia.
Aunque parecían estar en muy buenas manos, nuestro teléfono permaneció en todo momento encendido y alerta ante la posibilidad de alguna llamada pidiendo socorro, o quizás en busca de consuelo, o consejo, ... pero en ningún momento se produjo esa llamada.
Cuando veíamos a nuestros chicos, los notábamos contentos, integrados a tope, sin nostalgias, muy sueltos con el idioma, con ganas de saber, de ver, de conocer. Qué gusto nos daba comprobar que en su conversación con los compañeros y con nosotras introducían expresiones alemanas que aprendían cada día. También los alemanes hacían sus pinitos con el español. Imaginad lo curioso que resulta escuchar a un alemán diciendo “Pero qué fuerrrrrte!”, intentando imitar la entonación de sus amigos españoles.
Y qué satisfacción comprobar que, sin darse cuenta e incluso divirtiéndose, nuestros chicos y sus compañeros estaban ampliando horizontes, conviviendo con personas que viven de otro modo, haciéndose más tolerantes, creciendo, madurando.
Dedicamos un día a visitar el centro de Hamburgo con la ayuda de una guía local. El tiempo (que fue espléndido en general) fue aquel día especialmente agradable, cálido y soleado. Gabriele, nuestra guía, hablaba un español con marcado acento alemán, y sus expresiones nos hicieron sonreír disimuladamente en más de una ocasión (sobre todo cuando, mientras nos hablaba de los platos típicos hamburgueses, nos quiso hablar de lo que ella llamaba “el pollo femenino”).
Paseamos por Hamburgo durante dos horas (ni un minuto más ni uno menos de lo que habíamos contratado). Salimos del Hauptbahnhof (Estación Central), y anduvimos por la orilla del Alster, afluente del Elba que forma justo en el centro de Hamburgo una especie de lago lleno de cisnes y barcos de vapor que le dan una de sus imágenes más características y un aspecto casi de cuento. Después de visitar el espectacular Rathaus (Ayuntamiento) y otros puntos turísticos por excelencia, descansamos para comer y completamos la visita con un viaje en un bus turístico de otras dos horas, con lo que todos se pudieron hacer una idea bastante clara de lo que es la segunda ciudad más grande de Alemania y uno de los centros comerciales y culturales más importantes de Europa.
El día anterior a la vuelta realizamos una actividad conjunta alemanes y españoles. Aprovechando la gran cantidad de canales que surcan la ciudad, dimos un memorable paseo en canoa, que nos permitió comprobar que debe ser cierto el dato de que Hamburgo cuenta con más puentes que Amsterdam y Venecia juntas (por algo se la llama “la Venecia del Norte”) El paseo incluía un descanso con picknick en un precioso parque. Aquella actividad tuvo consecuencias variopintas: el esfuerzo de unos (o la tendencia al relajo de otros), la pericia al remo (o su ausencia) y, por ende, la competitividad que entrañaba esta actividad, hizo que afloraran tensiones que habían permanecido ocultas, y ante nuestra sorpresa se produjo algún que otro “encontronazo”, que se resolvió pronto sin mayores consecuencias. Esto nos hizo pensar mucho a profesores alemanes y españoles, y decidimos por unanimidad que en futuras ocasiones se propondrían actividades de tipo más cooperativo, que tiendan por lo tanto mucho más a unir que a separar.
La despedida volvió a ser emocionante, sentida y muy, muy larga. Alemanes y españoles no conseguían separarse del todo, de modo que Eva y yo decidimos irnos solas hacia la puerta de embarque. Cuando los nuestros vieron que iba en serio, hicieron la última foto, se dieron el último abrazo y, con paso lento y triste, acabaron por seguirnos. A mitad de camino, nos pusimos de acuerdo y gritamos a coro un fuerte “Tchüss!!!!!” a modo de despedida común.
Poco antes de coger el avión de vuelta, pedimos a todos que pusieran una nota de 0 a 10 al viaje. La nota más baja fue de 8. Nosotras estuvimos de acuerdo en ponerles a ellos un 10.
Y lo mejor es que ya hay planes de nuevos contactos. Parece que se han forjado verdaderas amistades.

domingo, 4 de mayo de 2008

25 de abril a 3 de mayo 08. Viaje a Hamburgo en imágenes.

Binnenalster

Frente al lujoso Hotel Atlantic

Casita en Blankenese

Cestas con fruta en el Fischmarkt

Hanseater con organillo en el Fischmarkt

Traje típico en mercadillo

"Deje volar a una paloma por 5 €"

Deichstrasse