La luz que de tus pies sube a tu cabellera,
la turgencia que envuelve tu forma delicada,
no es de nácar marino, nunca de plata fría:
eres de pan, de pan amado por el fuego.
La harina levantó su granero contigo
y creció incrementada por la edad venturosa,
cuando los cereales duplicaron tu pecho
mi amor era el carbón trabajando en la tierra.
Oh, pan tu frente, pan tus piernas, pan tu boca,
pan que devoro y nace con luz cada mañana,
bienamada, bandera de las panaderías,
una lección de sangre te dio el fuego,
de la harina aprendiste a ser sagrada,
y del pan el idioma y el aroma.
Eres hija del mar y prima del orégano,
nadadora, tu cuerpo es de agua pura,
cocinera, tu sangre es tierra viva
y tus costumbres son floridas y terrestres.
Al agua van tus ojos y levantan las olas,
a la tierra tus manos y saltan las semillas,
en agua y tierra tienes propiedades profundas
que en ti se juntan como las leyes de la greda.
Náyade, corta tu cuerpo la turquesa
y luego resurrecto florece en la cocina
de tal modo que asumes cuanto existe
y al fin duermes rodeada por mis brazos que apartan
de la sombra sombría, para que tú descanses,
legumbres, algas, hierbas: la espuma de tus sueños.
Una de las caracolas de Neruda, con dedicatoria de Rafael Alberti.
"La caracola espera el viento
acostada en la luz del mar..."
P. Neruda
"Lo mejor que coleccioné en mi vida fueron mis caracolas. Me dieron el placer de su prodigiosa estructura: la pureza lunar de una porcelana misteriosa..."
Recolectar caracolas fue casi una obsesión para Pablo Neruda. En su búsqueda de nuevas piezas, rastreó mercadillos de todo el mundo, exploró playas bañadas por los diferentes océanos y utilizó las mañas necesarias para que amigos o conocidos le obsequiaran con piezas únicas.
Ahora, parte de este tesoro que el poeta reunió durante 20 años y que le sirvió de inspiración, se despliega por primera vez ante el público. La cita es en Madrid, en la sede del Instituto Cervantes, que acoge, hasta el 24 de enero, 453 de las casi 9.000 caracolas que el poeta donó a la Universidad de Chile en 1954 gracias a la exposición 'Amor al mar. Las caracolas de Neruda', organizada por el Instituto Cervantes, la Embajada de Chile en España y la Universidad de Chile.
Las piezas desembarcadas en Madrid son las más espectaculares y el visitante puede observarlas mientras recorre las curvas del océano improvisado de la sala con el sonido del mar de fondo o escuchando, como salida de una caracola, la voz del premio Nobel de Literatura recitando sus poemas.
"Neruda encontró en las caracolas una inspiración constante, el asombro frente al prodigio extraordinario de la naturaleza”, explica Pedro Núñez, comisario de la exposición.
El poeta encontró en sus caracolas la metáfora de la diversidad del mundo a pesar de las rígidas proporciones matemáticas que rigen su estructura espiral. Una cuestión que abordó en su poesía, también sacudida por la omnipresencia de un mar que conoció con 15 años. Las piezas proceden de todos los mares y están ordenadas por su origen geográfico, un laberinto de espirales que la naturaleza ha moldeado creando lo que los expertos llaman "proporción áurea" que Neruda también refleja en sus poemas.
"Incluso antes de conocerlo, Neruda ya presentía la importancia que el mar tendría en su poesía. Su encuentro con él cambió su visión del mundo", afirma Núñez. Quizás por eso coleccionara todo tipo de objetos relacionados con los océanos, desde mascarones de proa hasta barquitos en botellas.
Pero la joya de la corona eran las caracolas. La pasión de Neruda era tal que se hizo experto de la malacología. Poseía libros -algunos presentes en la muestra- y mapas de especies.
De su colección forman parte piezas exuberantes o modestas, de formas barrocas o de una transparente sencillez. Algunas tienen grabadas inscripciones o retratos. Muchas, las recibió de personajes como Mao Ze Dong o Rafael Alberti.
Un grupo de caracoles terrestres fluorescentes en una vitrina recuerdan el asombro que deslumbró al escritor cuando contempló su colorida luz 'adornando' un arbol en mitad de la noche cubana. "Neruda le pidió a su compañera, Delia del Carril, que vaciara su bolso para poder seguir metiendo caracoles", comenta Núñez.
(Información extraída de "El País Digital" y "El Mundo Digital")
Otra de las 400 caracolas que forman parte de la exposición.
Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose,
lento juego de luces, campana solitaria,
crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca,
caracola terrestre, en ti la tierra canta!
En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye
como tú lo desees y hacia donde tú quieras.
Márcame mi camino en tu arco de esperanza
y soltaré en delirio mi bandada de flechas.
En torno a mí estoy viendo tu cintura de niebla
y tu silencio acosa mis horas perseguidas,
y eres tú con tus brazos de piedra transparente
donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida.
Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla
en el atardecer resonante y muriendo!
Así en horas profundas sobre los campos
he visto doblarse las espigas en la boca del viento.
P.Neruda
Me han traído una caracola.
Dentro le canta
un mar de mapa.
Mi corazón
se llena de agua
con pececillos
de sombra y plata.
Me han traído una caracola.
F.García Lorca
Delante del espejo en el dormitorio de mis padres había
una caracola rosa. Solía acercarme a ella de puntillas y con un
repentino movimiento ponérmela en la oreja. Quería pillarla
en ese momento, cuando no siente añoranza con su monótono
susurro. Aunque era pequeño, sabía que, incluso cuando se
ama mucho a alguien, a veces sobreviene el olvido.
Tres de las caracolas de la colección privada de Ana-Mermaid (que crece y crece sin parar, y adquiere nuevos y valiosos ejemplares cada vez que va a pasear a la playa con su sirenita...)
el mar
y cuánto mar
se sale de sí mismo
a cada rato,
dice que sí, que no,
que no, que no, que no,
dice que si, en azul,
en espuma, en galope,
dice que no, que no.
No puede estarse quieto,
me llamo mar, repite
pegando en una piedra
sin lograr convencerla,
(…)
Padre mar, ya sabemos
cómo te llamas, todas
las gaviotas reparten
tu nombre en las arenas:
ahora, pórtate bien,
no sacudas tus crines,
no amenaces a nadie,
no rompas contra el cielo
tu bella dentadura,
Oceans take our secrets what we don’t want to see or smell anymore. we feel clean when we throw our past away it will wash we think it will sink it will drift far from this shore it will disappear maybe the fish will eat our words maybe lost or spurned loves will help deep-sea feathery green plants grow
Los océanos se llevan nuestros secretos los que no queremos ver ni oler nunca más nos sentimos limpios cuando descartamos nuestro pasado se lavará pensamos se hundirá flotará lejos de esta orilla desaparecerá quizás los peces comerán nuestras palabras quizás los amores perdidos o rechazados ayudarán a crecer a plumosas plantas de alta mar
"¿Sabes lo que tienes que hacer para encontrarte con una sirena? Bajas al fondo del mar, donde el agua ya ni siquiera es azul, y el cielo es sólo un recuerdo. Flotas en el silencio, y te quedas allí. Y decides que morirás por ellas. Sólo entonces empiezan a salir. Vienen y te saludan, y miden el amor que sientes por ellas. Si es sincero, si es puro, se quedarán contigo y te llevarán con ellas para siempre."
(De "El Gran Azul")
Anne-Julie Aubry
Mensajes a...
mermaidlullaby@gmail.com
Vladimir Kush, "Born of the sea".
La voz apenas.
Pero la voz de esa mujer era la única sirena para el oído turbulento en las sensuales odiseas.
Y me he quedado con la voz de esa mujer -la voz apenas- como se quedan los marinos oyendo el mar desde la arena.
Cuán tristes son los marineros que ansiaron muerte en la tormenta, y junto al mar, un cualquier día, la muerte encuentran en la tierra.
Alberto Ángel Montoya
Laura Medei, "Scarpetta"
El mar es silencio.
“El primer día de travesía Matthieu se dio cuenta de algo que le supuso una verdadera revelación: el sonido del mar igualaba al silencio. Por muy estruendoso que pudiera llegar a ser incitaba a pensar, a sentir, a crear. A cada momento el agua se arqueaba como para embestir, y a veces culminaba el ataque y se deshacía en siseos de espuma, mientras que otras se tranquilizaba y volvía a fundirse en la masa inmensa en cuyo interior todo eran murmullos de algas y miradas de peces que se acercaban al barco con enérgicas sacudidas de la cola.
El mar era silencio. Matthieu pellizcaba un par de cuerdas del violín y respiraba hondo. Tenía la sensación de que, para componer una nueva pieza, le bastaba con estirar el brazo y alcanzar las notas que ya estaban allí, esperándole desde el soplo divino al principio de los tiempos, aquel que llegó cargado de toda la música pasada y futura.”
"Recuerdo haberlo leído, tal vez, en alguna novela de Joseph Conrad. Si en medio de un gran temporal el navegante piensa que el mar encrespado forma un todo absoluto, el ánimo sobrecogido por la grandeza de la adversidad entregará muy pronto sus fuerzas al abismo; en cambio, si olvida que el mar es un monstruo insondable y concentra su pensamiento en la ola concreta que se acerca y dedica todo el esfuerzo a esquivar su zarpazo y realiza sobre él una victoria singular, llegará el momento en que el mar se calme y el barco volverá a navegar de modo placentero."
Manuel Vicent.
Steve Mills, "Water´s edge"
CURRENT MOON
La Luna. Der Mond. The Moon...
¿Quién no tomará pluma, ante la luna de hoy? Uejima Onitsura
Habiendo mirado fijamente a la luna, yo parto de esta vida con una bendición. K. No Chivo
Flores en primavera, la luna en otoño, una brisa fresca en verano, nieve en invierno. Si tu mente no está ocupada de cosas innecesarias, ésta es la mejor estación de tu vida. Wu Men Kuan
Me desprendo del abrazo, salgo a la calle. En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna. La luna tiene dos noches de edad. Yo, una. Eduardo Galeano
Yo aquí vine a los límites / en donde no hay que decir nada, / todo se aprende con tiempo y océano, / y volvía la luna, / sus líneas plateadas / y cada vez se rompía la sombra / con un golpe de ola / y cada día en el balcón del mar / abre las alas, nace el fuego / y todo sigue azul como mañana.
Pablo Neruda
En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna.
Gustavo Adolfo Bécquer
Hay tanta soledad en ese oro. La luna de las noches no es la luna que vio el primer Adán. Los largos siglos de la vigilia humana la han colmado de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.
Jorge Luis Borges.
Warwick Goble, "The Mermaid"
Donato Giancola, "Mermaid - The Sun Gazer"
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Antiguo cartel de una caseta de feria.
Tim Ashkar, "Neptune sporting with a Mermaid"
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