Appaloosa 2.

Ya sabía yo que no me iba a decepcionar.

La historia no es nada nuevo. Muy típica del más típico de los western, a excepción quizás del personaje de Renée Zellweger, bastante atípico, muy original y que enriquece mucho la relación entre los dos protagonistas, Viggo y Ed.

Lo que sí se sale de lo normal es la actuación de estos dos actores. Su carisma personal trasciende y casi se sale de la pantalla.

Una historia intensa con momentos de humor que no esperábamos, y el placer de ver actuar a dos actores con mayúsculas, garantía siempre de calidad.

Cuando sales de la sala, vas casi masticando polvo. Y en la recámara guardas la satisfacción de haber asistido a momentos de grandeza moral de unos hombres durísimos en apariencia pero de gran humanidad en el fondo.

La película tambuén le sirve a Ed Harris para expresar sus opinión respecto a temas muy actuales, como la legitimidad en el uso de la violencia. Dice, por ejemplo, en una entrevista (ElPeriodico.com):

"Para mí, parte de la responsabilidad de ser hombre está en no tener que recurrir a esa postura de macho que muchos hombres creen necesitar para ir por la vida, ya sea para ocultar sus inseguridades o para protegerse. Dado el caso yo me hago escuchar y respetar, pero sin recurrir a la violencia o a la actitud machista, sobre todo cuando se trata de mi relación con las mujeres. Llevo casado 25 años y mi mujer lo primero que me dijo cuando nos prometimos fue que tenía que aprender a ser abierto y a compartir mis pensamientos y sentimientos con ella, si quería que nuestra relación funcionase y eso es lo que he intentado hacer. Me ha hecho sentirme más seguro de mí mismo. Para mí, eso es lo que significa ser un hombre. No ir por la vida amenazando a la gente con la fuerza, con armas, intimidaciones y malas actitudes."

Por cierto, en la película, y aunque los caballos son importantes como en cualquier western, el título no se refiere a un caballo, sino al nombre del pueblo en el que transcurre la mayor parte de la historia.