miércoles, 17 de marzo de 2010

La Fiesta de la Luz.


Valencia se encuentra en plena celebración de sus fiestas más universales: las Fallas.
La población parece duplicarse en estos días, y la pólvora resuena en plazas, calles y casas durante 24 horas seguidas. Más de 400 calles cortadas te van recordando a cada paso que estos días debes armarte de paciencia si no quieres acabar el Día de San José, el 19 de marzo, el día de la apoteosis final, con los nervios destrozados.

Hay valencianos que pasan el año entero soñando con esta semana fallera. Se dice que los artistas falleros empiezan a pensar en su próximo proyecto la misma noche en que su gran obra se sacrifica a las llamas. Los que vienen de fuera no acaban de entender lo que ocurre aquí, la razón por la cual esos espectaculares monumentos, fruto de 12 meses de esfuerzo, son quemados, devorados implacablemente por un fuego que deja mudo a todo aquel que observa este casi incomprensible sacrificio de los valencianos, y que en el momento de la verdad, doy fe, consigue emocionar a propios y extraños.

Esta fiesta tiene mucho de ritual, mucho de bárbara y a la vez de refinada, mucho de arte, mucho de despilfarro, de fantasía, de descontrol, de humor, de generosidad, de ruido, de música, ...
Y siempre se esconde tras ella un gran deseo de renovación vestido de luz, de color. Como la primavera. Las Fallas anuncian la primavera. Y eso es lo que más me gusta. Y las vacaciones que las acompañan.
Aunque todo eso vaya acompañado de un descomunal e ilógico gasto de energía. Mirad estas calles, rebosantes de bombillas de colores...

Sólo consigo perdonar a los responsables durante unos instantes cuando miro la cara de mi hija, con la boca abierta y un gesto entre asombrado y emocionado, y la escucho decir que estar bajo ese techo de luces es como entrar en el palacio de un cuento. Les perdono parcialmente porque mi hija se ha sentido hoy princesa bajo un cielo de luminosas estrellas mágicas.
Y porque, aunque exteriormente, y por motivos lógicos me rebele, por mis venas corre sangre valenciana, y yo también me sentí princesa un día, como Marina, y el olor a pólvora que acompaña ese molesto ruido de día y de noche, forma parte de mi vida y mis recuerdos para siempre.


Iluminación Calle Cuba-Puerto Rico.


Primer Premio Iluminación 2010. Calle Sueca-Literato Azorín.

Una Sirena - también en tierra firme, en pleno centro de Valencia. Falla Calle Denia.




Luz y más luz.


Los personajes favoritos de Marina,
al pie de una Falla.


Fotos Mermaid

8 comentarios:

Graciela Bello dijo...

Preciosas tus fotos. Podrá tener sus defectos, pero una "Fiesta" así, ya forma parte de la identidad de tu ciudad, la hace distinta a todas.
Con otro estilo, los brasileros tienen un carnaval ostenso y frenético que nunca comprendí. Sin embargo, lo llevan en su sangre. Hay quienes ahorran todo el año para su disfraz!
Volviendo a las Fallas: ayer he visto unas imágenes en un diario argentino que se refería a ellas, y lo primero que pensé fue en tí y en tu familia. ¿Cómo lo pasarían?
Antes jamás me hubiera detenido en esas figuras de cartón piedra y esas luces de tu ciudad...

Mermaid Lullaby dijo...

Querida Graciela: Nosotros no somos muy "falleros", pero cuando tienes alrededor todo este movimiento, no puedes evitar sentirte arrastrado por él. La ventaja de una gran ciudad es que te da la posibilidad de participar en los festejos cuando te apetece y "huír" cuando te cansas. Y ya sabes que, teniendo el mar a diez minutos, yo encuentro siempre un oasis de paz cuando es necesario.

En mi familia nos gustan especialmente los fuegos artificiales. Los maestros pirotécnicos valencianos tienen fama a nivel mundial. Hacen verdaderas maravillas.

Si alguna vez quieres conocer las Fallas de primera mano, ven a verlas. Tendrás tu propia guía autóctona...Yo misma!

Un abrazo desde esta ruidosa y luminosa ciudad.

Hotel Existencia dijo...

Las fotos son muy bonitas, me encanta que las hayas puesto. Consuélate pensando que se han impuesto las bombillas de bajo consumo, por ejemplo, o que se trata sólo de unos días; luego todo volverá a la normalidad. Como sabes yo he huído, pero desde la lejanía también me tengo que dejar arrastrar a la vorágine de la fiesta. Hoy es mi día, así que dentro de poco me encontraré recorriendo algunas de estas calles que muestras, o mejor tratando de esquivar, de no ser engullida por la gente. La verdad es que lo llevo regular, lo que más me molesta son las aglomeraciones, pero, pese a ello, espero no perderme la manifestación más ruidosa y multitudinaria de todas: la "mascletá"

Mermaid Lullaby dijo...

La mascletá es para muchos la más emocionante y para otros la más incomprensible de las manifestaciones falleras. Lo que algunos describen como una "sinfonía de ruidos", para otros es sólo una sucesión de explosiones sin sentido.
Pero yo te entiendo. Es verdad que hay una emoción especial cuando observas a toda esa gente reunida y en tensión. El silencio que se hace cuando el espectáculo comienza, ese "crescendo" en el ritmo de las explosiones, el olor de la pólvora, llenando el ambiente, la vibración del suelo, el "subidón" final...
Disfruta de la mascletá, Inma!

Elisabet dijo...

Tienes razón, es un derroche y no entiendo muy bien la quema de fallas, hasta que has hecho el post, no deja de tener su punto poético, su simbolismo de lo efímero y el sacrificio en pos de la luz y la alegría. No había vito nunca unas calles tan llenas de luz y engalanadas, Valencia se vista de fiesta, hasta sus calles. Lo que sí admiro es el espíritu de fiesta y alegría que derrocha Valencia, he ido pocas veces pero siempre me encontrado con gente abierta, sencilla, alegre... No me extraña que su fiesta más emblemática tenga tanto colorido y tanta espectacularidad.

Yahaira Julissa dijo...

Es muy bonito y también me sentiría princesa. Las fotografías que has tomado son muy buenas.

Qué bonita fotografía la de la sirena.

Impresionante la Calle Cuba, tiene un azul hermoso y es un monumento a la creatividad ¿Cuánto tiempo le habrán dedicado?

Me contaron que ya llega la primavera en España. Vuelve con ello el sol y la alegría que se refleja en las flores.

Me imagino que Marina ha estado muy contenta con todo ello, los niños viven más intensamente esto y cuando comparten su alegría con ello nos hacen parte. Es maravilloso.

Me imagino como te habrás sentido.

Te cuento también que tengo dos perritas Ana: una se llama Sasha y la otra Kayla; ya tengo a quien abrazar nuevamente.

Aunque a Oddie siempre lo extrañaré.

Un abrazo Mermaid, gracias por compartir tus sentimientos, todos son muy hermosos.

inma valderas dijo...

Aquí han finalizado hace unos días las fiestas de la Magdalena, y en el aire aún se respira ese olor a pólvora que dices.

Conozco las Fallas aunque nunca he asistido a su quema el día de San José. Las hemos visitado los días previos haciendo un recorrido por calles y plazas dónde se exponen a la espera de morir en el fuego. Y sí, siempre pensamos que es una lástima trabajar durante un año para que ese esfuerzo se esfume en una noche...aunque ese espectáculo emociona a propios y extraños.

En cuanto a las "mascletás", es curioso, he visto en mi marido el proceso de incomprensión y molestia inicial al llegar aquí hace años,hasta el entusiasmo y la profunda emoción ahora. Hay cosa que no es necesario llevar en la sangre.

Disfrutad mucho de las fiestas ahora que parece que mejora el tiempo.

Besos

Mermaid Lullaby dijo...

Gracias a las tres por vuestros comentarios. Disfrutaremos de la fiesta, que mañana llega a su fin.

Siempre me ha parecido milagroso que al día siguiente de la quema de las Fallas, las calles aparezcan de pronto limpias y como si no hubiera pasado nada. Sólo algún estallido de pólvora aislado recuerda los días pasados. Y eso es porque mucha gente se dedica a trabajar duro durante y después de la fiesta, para que la ciudad y los que aquí vivimos recobremos la normalidad lo antes posible.

Y felicidades a vuestros padres y a los padres de vuestr@s hij@s mañana, en su día!