jueves, 8 de abril de 2010

La última respuesta.

"La Paz."

"Óxido en las ramas."

"Preparada para la hoguera."

"La puerta verde de la Replaceta."

"Hacia los campos."

Las lecturas que disfrutamos en época de vacaciones siempre dejan una huella especial en nosotros. Será porque leemos rodeados de una paz y una calma de la que no podemos disponer en épocas de trabajo.

Acabo de terminar un thriller escrito por Francesc Miralles y Álex Rovira, “La última respuesta”, ganador este año del Primer Premio de Novela Ciudad de Torrevieja, y del cual os ofrezco aquí, condensados y resumidos, algunos de sus episodios más interesantes. Además, algunas citas muy ilustrativas del propio Einstein.


"Refugio de pastores."


Os muestro también los paisajes por los que llevo días paseando, que me han acompañado en la lectura, y que me han ofrecido una "banda sonora" propia muy particular, formada por los trinos de algunos pájaros, los gallos en la madrugada, las campanadas en la vieja iglesia, el balido lastimero de las ovejas, y el motor lejano de un tractor perdido en las montañas. Un auténtico lujo.


“Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo vivir para los demás da sentido a nuestra existencia.”



"El atardecer."


“Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.”


“Nuestra situación como hijos de la Tierra es muy peculiar. Viviremos brevemente en ella, y permaneceremos ignorantes del porqué, aunque de vez en cuando pensemos que lo sabemos. No es necesario dar demasiadas vueltas: estamos aquí para el prójimo.”


Tras la muerte de Albert Einstein, el cerebro del genio alemán pasó cuarenta años de laboratorio en laboratorio. El estudio de aquellas células muertas tuvo un resultado sorprendente: el cerebro de Einstein era exactamente igual a cualquier otro. Si no radicaba allí su singularidad, debía de hallarse en otro lugar. ¿Pero dónde?

En la década de 1990 un grupo de neurocardiólogos descubrieron un cerebro alternativo en el corazón, formado por cuarenta mil células nerviosas, además de una compleja red de neurorreceptores que capacitan nuestro órgano vital para aprender, recordar y reaccionar ante cualquier estímulo vital. Otra prueba de su poder era el campo electromagnético que era capaz de generar: se demostró que es cinco mil veces más potente que el campo emitido por el cerebro. Los cambios eléctricos que se producen en el corazón en función de lo que sentimos se pueden medir a tres metros de distancia.

Además, el corazón es el único órgano que no está expuesto a padecer cáncer. Debe haber una buena razón para ello.

Aquellos científicos que se empeñaron en analizar el cerebro de Einstein, quizá deberían haber analizado su corazón.


"La suavidad extrema acaricia la dureza de la tierra."


Según “La última respuesta”, de Álex Rovira y Francesc Miralles, Albert Einstein dejó a su muerte una carta dirigida a su hija Lieserl. La llegada al mundo de Lieserl supuso para Einstein un acontecimiento inesperado, una responsabilidad cegada por el miedo, y cuando quiso reaccionar, ya fue demasiado tarde. Hasta casi el momento de su muerte, no se dio cuenta de la importancia que tuvo su nacimiento, aunque paradójicamente ella sólo conociera de su padre la separación y el olvido.

La vergüenza por su actitud fue lo que le privó de ponerse en contacto con ella. Y también la vergüenza que siempre sintió porque una simple fórmula, que él ideó, (E=mc2), tuviera unas consecuencias catastróficas que no hubiera imaginado ni en su peor pesadilla. Sin ser directamente responsable, se sintió copartícipe de una carrera atroz y absurda hacia la destrucción de la humanidad. Aunque él jamás lo proyectó, su fórmula permitió desatar una energía altamente destructiva. Y fue ahí, precisamente, donde se produjo el punto de inflexión en su pensamiento.


“No sé con qué armas se luchará en la Tercera Guerra Mundial, pero sí sé con cuáles lo harán en la Cuarta Guerra Mundial: con palos y mazas.”


“No podemos resolver un problema pensando de la misma forma que cuando lo creamos.”


Durante largos años buscó una última respuesta, una variable que permitiera explicar de forma unificada todas las fuerzas que operan en el universo. Quería entender cuál era la fuerza primigenia que gobierna todo cuanto conocemos: la física y la metafísica, la psicología y la biología, la gravedad y la luz.

Las conclusiones a las que llegó no sonaban nada científicas. Era consciente de que su legado, del cual hizo depositaria a Lieserl, sorprendería a muchos, e incluso pondría en tela de juicio los descubrimientos que le llevaron a la obtención del Nobel.


“Triste época la nuestra, en la que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.”


En aquella carta, Einstein pidió a su hija que la custodiara todo el tiempo que fuera necesario, años, décadas, hasta que la sociedad hubiera avanzado lo suficiente para acoger su última respuesta.

Albert Einstein encontró la fuerza que da explicación a todo, y que asusta a muchos, porque es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo. Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, debemos llegar a esa última respuesta.


Los cuatro elementos, Tierra, Aire, Agua y Fuego, representan cuatro formas en las que se manifiesta la energía, cuatro expresiones del todo, desde su forma más densa y pesada a la más inmaterial.

Pero falta el elemento más puro o perfecto, el que reúne a los demás y les da la vida.

¿De qué está hecha la materia oscura del Universo, que casi todo lo ocupa? ¿Qué hay en el espacio subatómico, entre las partículas fundamentales de la materia?

Es la Quintaesencia, el elemento invisible que llena el Universo, el que permite que la vida se despliegue en armonía dentro del espacio-tiempo. Es el que alberga a todos los demás y contiene además la Inteligencia esencial de la que emerge la Belleza y armonía del Cosmos.

Es la Consciencia o Inteligencia superior de la que emana la vida y que hace danzar al resto de elementos en todas sus combinaciones y posibilidades.

Si la palabra “esencia” nos remite a la verdadera naturaleza de las cosas, la Quintaesencia nos remite a la esencia de esa “esencia”.

Hay científicos que sostienen que es el ingrediente principal del Cosmos, diez veces más abundante que el resto de los átomos juntos. Pero sigue siendo intangible e indetectable aunque su presencia es absoluta y su fuerza total, porque de ella emana todo y a ella regresa todo.

La Quintaesencia es, en definitiva, el Amor. El Amor que todo lo puede y todo lo vence, el que combina el resto de elementos dando lugar a los universos.

Es la energía más poderosa, la esencia del Cosmos. Es aquello que tú eres, más allá de todo. Es tu esencia.


"La Familia al sol de la tarde."

9 comentarios:

Joy B. dijo...

Querida Mermaid, es brillante todo el post!

Me has llevado por un recorrido sereno, tranquilo, con unas fotos cotidianas y campestres a escuchar trinos de aves y rumor del viento...

... y poco a poco, me has ido metiendo en tu lectura, creando un clima propicio para que la mente calma, absorbiera la quintaesencia de la esencia... la respuesta de lo único y verdaderamente importante: El Amor!...

Lo único verdaderamente Real e Inmutable... lo único permanente en este mundo efímero!

Infinitas gracias, amiga querida por el paseo y el libro... y sobre todo, por las sensaciones que me has brindado.

Un beso muy fuerte

Graciela Bello dijo...

Una profunda reflexión, que acompañada de ese calmo entorno, habrá cobrado más fuerza en tu interior, que cuando se lee un rato, después de un día agitado.
En los últimos versos de la Divina Comedia, el Dante ya decía:.."El Amor, que mueve al sol y a las estrellas".
Y tantos siglos después, los hombres no terminamos de entenderlo en su total dimensión.
Nuestra esencia es el Amor y..sin embargo nos cuesta tanto relacionarnos con transparencia, expresar el cariño abiertamente, acabar con la intolerancia. Pretendemos que los líderes del mundo sientan algo de ese Amor o "compasión" como lo llama el Dalai Lama y nosotros mismos somos incapaces de solucionar pequeños conflictos con familiares, colegas, amigos. ¿Cómo podemos ilusionarnos con que terminen el hambre y las guerras en nuestro planeta, si no resolvemos lo cotidiano?
Me encantan las palabras, pero necesitamos imperiosamente cambios concretos. Tú citas: "Estamos aquí para el prójimo": es perfecto. Pero a veces nos resulta más sencillo enviar ayuda a desconocidos, colaborar con causas globales...y al prójimo que tenemos cerca, no sabemos cómo socorrerlo, quererlo o soportarlo. Tal vez en AMAR sin condiciones, consista nuestro mayor desafío, en esta pequeñita vida que nos toca vivir.
Gracias! Me ayudas a pensar y a intentar ser mejor persona.

Regina dijo...

Querida mamá sirena,
cuanto tiempo hacía que no pasaba a verte, el tiempo siempre igual...me ha encantado esta entrada que acabo de leer, y preciosas fotos, han servido para recordarme que tengo que pasar mas amenudo a verte.
Beso fuerte.
Regina

Portal del Temps dijo...

Me han gustado mucho las fotos y el paisaje que muestras en ellas, tan tranquilo y tan natural...
El mensaje que has dado es muy bueno, y creo que Graciela tiene tanta razón... hace falta todavía mucho amor por el mundo, donde reina aún tanta intolerancia. Pero pienso que aunque de momento la falta de amor sea una verdad absoluta y tangible, si nos ocupamos más del amor que del miedo, aunque éste sea más pequeño poco a poco irá creciendo más y más; es igual que regar una planta y nuestros pensamientos y nuestras palabras son el agua que da vida a los sentimientos, tanto propios como ajenos. Creo que es importante olvidarnos de juzgar y de juzgarnos pues al final de la vida todos hemos cometido aciertos y errores y hemos sido grandes personas y pequeñitas, a veces, y hemos amado y hemos temido y hemos hecho daño... y lo hemos hecho todos, absolutamente, así que... para que juzgar, no sirve de nada, no nos va a hacer mejores personas por ello, ni más listas, ni más nada y sólo nos lleva a la falta de amor.
Muchas gracias Mermaid, un gran abrazo

ॐ Palabras Andantes dijo...

maravilloso paseo y lectura que invita a la reflexión interior.
un gran abrazo.

"El verdadero amor es el amor puro, altruista, que no espera recompensa, hacia todos los seres vivientes, considerándolos encarnaciones de lo Divino. Libre de antipatía, amistoso y compasivo hacia todos los seres.
El amor es el aliento de nuestra vida" -Sathya Sai Baba.

inma valderas dijo...

A mí me has aportado con esta entrada enegía positiva y esperanza.
Empezando con las preciosas fotos que sueles tomar.

Si realmente la esencia de todo...la quintaesencia de todo es el Amor, tenemos ya en nuestras manos un arma muy poderosa.
Estoy totalmente deacuerdo en que hay que empezar por lo que tenemos alrededor. Esta es la clave, muy simple pero que olvidamos una y otra vez.

Hace poco leí un post que se llama: "¿Salimos en bici?". Se encuentra en esta dirección:
http://desarrollandomas.blogspot.com/
En él se habla de que solemos ser más amables con las personas que no conocemos que con nuestros seres queridos. Me hizo reflexionar bastante.

Si Einstein tuviera una segunda oportunidad quizá la aprovecharía para salir en bici con su hija.

¿ Te he dicho ya lo que me gusta venir a tu rincón?...pues eso.

Besos

cronopia dijo...

También Rilke, en la última etapa de su vida, decía que quería aprender a pensar con el corazón.
Una ciencia que desprecia el amor alimenta el sueño de la razón. Una razón que se sueña omnipotente genera horrores como Hiroshima y Nagasaki.
Muchas gracias por este post.Ya lo dijo Joy, es oro puro,bien brillante.
No siempre comento, pero siempre vengo a tu casa.

Mermaid Lullaby dijo...

Leo y releo cada uno de vuestros interesantísimos comentarios, y compruebo que cada uno de ellos aporta claramente un valor añadido a lo que yo escribí. Y eso me da ganas de seguir compartiendo lo que leo, lo que escucho, lo que observo. Sois una compañía muy valiosa.
En cuanto a las fotos, enseñároslas es un poco como acercaros hasta vuestras casas estos paisajes y esta paz, tan queridos para mí.
Os aseguro que desde aquí todo se ve con otra perspectiva. Observar a estas gentes, tan sencillas y libres de lujos, es toda una inspiración. Porque cada día se levantan a trabajar sus campos y a alimentar a sus animales, y porque no miran el reloj, sino que se dejan guiar por la luz del sol, porque comparten de corazón desde los huevos de sus gallinas, hasta las historias sobre sus familias, sus alegrías y sus penas...
Cada vez admiro más la nobleza de esta gente, y cada vez me dan más ganas de imitarles, soltando lastre y quedándome con lo esencial, con lo auténtico.

Un abrazo fuerte a todas y muchísimas gracias por vuestras "nutritivas" visitas.

Hotel Existencia dijo...

Hola Ana,
espero que el aire puro te haya ayudado a descansar y a renovar tus energías.
Supongo que Einstein como otros científicos, que además de serlo, son también seres capaces de reflexionar sobre la naturaleza humana y las consecuencias de sus actos, acabó buscando la respuesta en el origen, en la Filosofía, que como sabes es "amor a la sabiduría"