El calentamiento global amenaza al ser humano con privarle de su propio hogar. Sin embargo, el hombre se aferra con fuerza a la vida. Lejos de hundirse, se eleva más y más, construyendo sobre sus propias raíces. Y lleva consigo un hatillo de recuerdos y emociones, que siempre van con él, y que le ayudan a seguir dando sentido a su existencia.
Pero siempre llega un momento en que la vida le obliga a mirar atrás, a bucear en sus recuerdos, hasta llegar al fondo mismo, al origen de su propia historia. No tiene miedo; no lamenta nada. Sólo sigue adelante llevando con él un bagaje de sueños, de luces y de sombras. Y se va reconociendo, va recordando quién es cada vez que se sumerge en su propio interior.
Al fin y al cabo, su vida es un juego en el que ha ido encajando piezas, o montando cubos, uno sobre otro, intentando que no se derribaran bajo el peso de los acontecimientos. Acomodado un cubo, el juego sólo tenía sentido si era capaz de montar el cubo siguiente.
¿Vivir construyendo o ahogarse en el gran océano de la existencia? Él siempre ha elegido la primera opción. Y seguirá haciéndolo por mucho que el nivel del mar siga subiendo, y siga amenazando su sencilla, a veces triste y solitaria, pero valiosa vida.
5 comentarios:
Hermosísima pieza .
Me encantan los dibujos y la historia es maravillosa .
Vivir construyendo, sindudamente (como dice mi hermanita Alenka).
Esta historia a mí me resulta muy cercana: a nosotros también se nos acaba de hundir una hermosa casa-faro colectiva, construída entre amigos con mucho amor, y también como el personaje , con nuestro hatillo de recuerdos y emociones, seguimos montando nuevos cubos, dándole sentido a nuestra existencia.
Ya sé. Resulto un poco críptica pero este vídeo ha resonado con mucha fuerza en mi interior ¿me lo prestarías para compartir con mis queridos "fueguitos"?
Pues claro que te lo presto, sindudamente! Un préstamo de sirena a sirena.
¿Qué casa-faro es esa? En cualquier caso, si se ha hundido es que ya os ha dado todo lo que os tenía que dar. ¿No crees? Y probablemente con su desaparición también os esté enseñando algo...
La elección correcta siempre es construír, ¿verdad?
Sí, querida, así es .
Interiorizarlo no fue fácil ,pero la sabiduría está justo ahí : percatarse de que ha dado todo lo que podía dar de sí y , superado el dolor, la enseñanza es de oro: construir, seguir levantando el edificio con nuevos cubos, nuevos proyectos , nuevos sueños e ilusiones.
VIVIR Y AGRADECER este viaje apasionante que es estar vivo.
Sí, Montse, ya te lo dice mi amiga, la sirena Cronopias. No dejemos de construir (y de agradecer la oportunidad de hacerlo).
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